Aprender de los Errores: El camino de las Soluciones Permanentes
Ayer me reuní con algunos amigos, y en confianza me platican el caso de una persona que tenía una relación tóxica con su pareja, la cual solo estaban juntos porque tenía un buen salario. Al momento que lo despidieron, la susodicha pareja le dejó al no encontrar otro trabajo de manera rápida, dejándolo con un mar de deudas, tarjetas al tope, y con una sensación de soledad. La historia podría haber terminado ahí, pero al poco tiempo pudo conseguir un mejor trabajo y ¡oh sorpresa! novia nueva pero con la misma situación, gastando como si no hubiera mañana. Me preguntaron ¿por qué ocurre? ¿por qué caemos con la misma piedra? Y mi respuesta fue clara: «Por que no aprendió la lección«.
Y, aunque esta historia no es profesional, nos pasa algo similar en el mundo empresarial.
Imagina una sala de juntas en la que los líderes de una empresa se reúnen para discutir un problema que está afectando gravemente sus operaciones o a sus clientes. La tensión en la sala es palpable mientras todos buscan desesperadamente una solución, y proponen un plan de acción buscando calmar la situación. Están todos de acuerdo y ponen manos a la obra. Al poco tiempo, se vuelve a detectar que el plan de acción no fue efectivo, y el problema sigue ocurriendo, y aunque definen más planes de acción, el patrón de eventos sigue siendo recurrente, se siguen cayendo con la misma piedra.
Aprender implica mucho más que simplemente corregir errores superficiales. Significa ir al fondo de las situaciones, buscar las causas subyacentes y ser honestos tanto con nosotros mismos como con nuestros compañeros. Esto puede implicar reconocer públicamente nuestros errores y comprometernos a tomar medidas concretas para evitar que vuelvan a ocurrir. Implica que en ocasiones tendremos que salir a lo desconocido para pensar nuevas alternativas.
Un caso de éxito era una empresa a la que que constantemente le llegaban reclamos de un mismo cliente. Como era un solo cliente de muchos otros, se confiaron que era problema del cliente y no invirtieron mucho esfuerzo en corregir la falla. A lo largo del año los reclamos siguieron incrementando, y se fue escalando hasta que nos dieron luz verde para participar.
Tomó tiempo, no voy a negarlo, ya que la «piedra» con la que se tropezaban no estaba a la vista, requirió de análisis y observación constante, participación y muchos enfoques (máquina, personal, método), y al final descubrimos que durante el proceso de fabricación de la pieza, esta se deformaba. Esto era algo que pasó desapercibido porque habían cambiado de materia prima y asumieron que se comportaría igual. Detectada la causa, fue más sencillo implementar un plan de acción efectivo. Han pasado 10 meses a la fecha y pasaron de tener reclamos cada semana a cero rechazos.
Es importante entender que la repetición de un problema es un indicador claro de que no se ha abordado adecuadamente desde la raíz. Para ilustrar este punto, podemos compararlo con mantener a un pirómano en la empresa. Mientras no se identifique y resuelva la causa raíz del problema, seguirán surgiendo incendios, independientemente de las acciones que se tomen.
En el contexto empresarial, las causas de los problemas pueden ser diversas, que van desde fallos en los procesos y sistemas hasta deficiencias en la formación del personal o en la gestión de la calidad. Es crucial analizar todas las variables involucradas, desde las máquinas y los métodos hasta el entorno laboral y la calidad de la materia prima, para identificar las áreas de mejora y tomar medidas correctivas efectivas.
En última instancia, aprender de los errores nos permite convertir los desafíos en oportunidades de crecimiento y desarrollo. Al enfrentarnos a los conflictos con una mentalidad de aprendizaje, podemos fortalecer nuestra empresa, satisfacer las necesidades de nuestros clientes y mantener motivados a nuestros colaboradores. Así que, la próxima vez que nos encontremos ante un problema, recordemos que la verdadera solución radica en aprender de la experiencia y comprometernos a mejorar continuamente.
Comparte en los comentarios cómo has aplicado la filosofía de aprender de los errores en tu empresa. Juntos, podemos aprender unos de otros y seguir creciendo como profesionales y como organización.